Las cápsulas blandas poseen una serie de ventajas frente a otras presentaciones. A continuación te contamos cuáles son las principales:

Fácil Digestión: Se digieren fácilmente y se disuelven en cuestión de minutos al llegar al estómago, pues su ingrediente en forma líquida llega inmediatamente al tracto gastrointestinal y está listo para la absorción en el torrente sanguíneo; a diferencia de las tabletas, en las que se debe desintegrar los gránulos antes de la disolución del fármaco.

Fácil Deglución: Son más fáciles de ingerir, con ausencia de sabores desagradables.

Dosis más uniformes: Se mejora la calidad en cuanto a la uniformidad de dosis, es decir, se puede realizar una mayor precisión de la dosificación del principio activo, a diferencia de las mezclas de polvos o gránulos.

Sellado hermético: Las cápsulas blandas están herméticamente selladas, lo que permite una mejor protección de los ingredientes activos.

Mayor seguridad: Cuando se trata de drogas potentes, que pueden ser perjudiciales para los operadores, se evita el problema de la manipulación por parte de ellos.
Efectividad: Existen principios activos que, por su naturaleza, son difíciles de convertir en presentaciones sólidas, por lo que las cápsulas blandas son la mejor opción.

En líneas generales, las cápsulas blandas ofrecen una mejor aceptación del paciente, además de contar con una mejor calidad de producción.